Nos pajonales do Chaco, se não tens um tobiano, nadador nato, arisco que nem tarairita, quanto pensas que vai viver? Bebe aqui, paisanito, y mira comigo a polvadeira que vem de lá, do sul, ou vais quedar cego antes que entendas a donde foste parar…
Mas bueno, también podes me fazer um favor – no, não o de salvar esa vida de poca serventia -, pega deste colar de dentes brasileños y entrega ao otro lado del rio. Pero espera un poquito. En Misiones, é semana de Jesus e te carnearão vivo se não levares do maiz vermelho. Os curas apreciam tanto… Toma, guarda en tu bolsilla. Y água fresca, não te esquece.
Yo te lo dije… Desvia de tudo que não se anuncia. Foge da planura, te escapa nos capões, evita as serranias. Bebe outro y me alcanza.
Tolderias? Ninguna! Te banha do gambá que evita os urutuas, yara’rakas. Tisna tu cara. Vás, mas sem tus guaipecás. Dejalos a mi… Con tu abuelo. Evita o vaqueano porque, por detrás do más gentilhombre hay simpere un asesio…
Bebe tu, hasta ele fin, que tendrá sed…
Armas? Guarda teu arco longe da vista, pero al alcance la mano… Y esa faquita amarrada ao pé, para te desembaraçares.
Em mi tiempo, até entre os cherúas tuve amigos. Tiempo bueno… Hoy, no confio em mi sombra… Tu abuela, aun te lembras? Seló mi persecución hasta hoy, que lo cuido… Fugimos. Me encantava tanto..
Estás bonito y fuerte como tu padre. Mas não sejas tolo como ele de morrer em luna llena. La peor face de Jacy.
¿Y que más? Tanto me escapa…
Pero no es preciso que te digas tudo. Não roubes. No mates en vano, Vigia. Duerme negrito, pero no tanto…
O tobiano só obedece se lhe falares em guarani, no ouvido esquerdo. Como um alientito…
¿Ahora te vás?
Ay, mi corazón… No te olvides… ¡No vuelvas más!